Aunque el acné es una enfermedad que siempre hemos asociado con la pubertad y la adolescencia, en los últimos tiempos nuestros ritmos de vida, la polución, una mala alimentación …. han hecho que cada día sean más lo casos ya no solamente en niños si no acnés tardíos en adultos.
Esta nueva línea terapéutica destaca por ser poco invasiva, segura y efectiva con el acné
Con todas estas circunstancias como telón de fondo, en los últimos años hemos tenido que buscar nuevas líneas terapéuticas que nos permitieran dar una respuesta a todos esos pacientes. Una vía de terapia no farmacológica, no invasiva pero, evidentemente, efectiva. El uso de fototerapias lumínicas con tecnología médica LED ha supuesto esa respuesta para el tratamiento del acné.
Como he explicado, los LEDs, suponen una forma de tratamiento que entra dentro de las llamadas fototerapias. Esta tecnología se basa en el empleo de las radiaciones lumínicas del espectro visible con una longitud de onda determinada (430 nm) para tratar determinadas patologías de la piel. Los LEDs son mecanismos formados por diodos semiconductores recubiertos de una cápsula transparente que emiten una luz coherente y altamente direccional. Utilizan un sistema parecido al empleado por el Láser de Diodo: una potencia suficiente como para penetrar a diferentes profundidades de la piel y ejercer un efecto fotoquímico en sus células.
El tratamiento con LEDs se basa en la exposición del área afectada por acné a la radiación lumínica no térmica con un grupo de lámparas de luz seleccionadas situadas a escasos centímetros de la piel durante un determinado periodo de tiempo que hacen acaban con la bacteria del acné.
Los efectos del tratamiento con luces LED se traducen en mejoras biomecánicas en los tejidos expuestos a la luz gracias a la estimulación intracelular, en la reorganización molecular y en la estimulación o inhibición de ciertos procesos celulares. En otras palabras, gracias a esta terapia lumínica conseguiremos un aumento de la producción de fibras de colágeno y su reorganización atenuando pequeñas arrugas, discromías y produciendo una tonificación de la piel. Con el espectro de luz azul actuaremos sobre la bacteria propionibacterium acnes, causando un efecto bactericida que nos permitirá una mejora paulatina en la evolución de la enfermedad.
En resumen, el uso de LEDs está resultando un buen complemento en los tratamientos convencionales y se ha convertido en una estupenda alternativa en los acnés que no pueden ser tratados por vías farmacológicas.